Envidia
La envidia es una moneda corriente en las sociedades desde los orígenes de las mismas. Cuántas veces nos dimos cuenta de que la gente tiene ese sentimiento hacia nosotros, o porque no, cuántas veces la sentimos en carne propia por diversos motivos.
Lo más importante para poder comenzar a entender esto es sacarnos la etiqueta de qué “es un sentimiento malo” (dado que no existen sentimientos malos ni buenos, son solo sentimientos y ya) y que muchas veces son una forma de impulso o de conexión con esa persona o cosa que desata dicho sentimiento.
Por ejemplo, una persona que estudia en conjunto con nosotros o requiere de nuestra ayuda para comprender un tema termina puntuado mejor que nosotros en un examen. Muchos podemos llegar a sentir envidia de esa nota (El sentimiento de que merecíamos esa nota mucho más que la otra persona) y hasta ahí vamos todo bien. Sin embargo, dependiendo de cómo usemos y sintamos este evento es como puede convertirse en un sentimiento positivo o negativo para nuestro crecimiento.
Si nos dedicamos a excusar esa diferencia de puntuación, no vamos a poder enriquecernos y perderíamos una oportunidad muy rica en conocimiento. En cambio, si nosotros transformamos ese sentimiento en orgullo a nuestro compañero que logró entenderlo o comprenderlo y además implementarlo correctamente. También tenemos cuota de orgullo a nosotros por formar parte de su aprendizaje, y poder llegar a transferir conocimiento.
Cuando uno decide envidiar sanamente es capaz de encontrar felicidad en eso que buscamos y otra persona encuentra, imaginen lo hermoso que sería poder sentirnos felices de los progresos ajenos como si fuesen nuestros.